Tocino de cielo con chantilly de lima
Reconozco que a pesar de no ser muy dulcera el tocino de cielo es una de mis perdiciones, y tiene que ser dulce a rabiar y cremoso para convencerme. Su origen, como el de muchas recetas de la tradición española, proviene de intentar aprovechar los restos por lo que en su época es justo creer que era un postre barato pues usaba todas las yemas que sobraban del proceso de clarificación de los vinos de Jerez, hecho a partir de – como su propio nombre indica – la utilización de las claras. Las monjas lo hacían en formatos grandes, muchas veces en moldes con forma de corona pero rápidamente se extendió la receta y los formatos fueron cambiando también para simplificar su cocción, como en este tocino de cielo con chantilly de lima.
Desde que tengo la iCompanionXL hago siempre el tocino de cielo o los flanes en ella porque me permite controlar la temperatura de la cocción perfectamente lo que es crucial para este tipo de postres cuajados a partir de huevo – o yema de huevo – ya que si nos excedemos de temperatura lo que conseguiremos será una tortilla o un revuelto. Se puede hacer también por el sistema tradicional pero para ello os recomiendo que tengáis un termómetro de cocina para medir bien la temperatura del almíbar y también del agua en el que los hagamos al baño maría. Podéis emplear también el horno para esto, así os aseguraréis una cocción más regular como la que se tienen con la iCompanionXL de Moulinex.
En casa siempre ha sido un postre muy de Navidad porque el tocino de cielo es además perfecto para dejarlo hecho con antelación y sólo tener que sacarlo de la nevera al momento de servirlo aunque os aconsejo darle un punto de calor para que gane en cremosidad. Básico es, por supuesto, utilizar yemas de huevos felices porque aportarán más grasa y sabor, y también lograr el punto perfecto del almíbar con el que mezclarlas. Y aunque los flanes sí que admiten versiones como el de café, queso, fresas, etcétera, al tocino de cielo mejor dejarlo tranquilo y comerlo como la receta tradicional cita aunque siempre es bueno acompañarlo con un poco de nata montada – o chantilly – sin exceso de azúcar para liberar la carga glucémica.
- 6 yemas de huevo
- 125gr de agua
- 250gr de azúcar
- 60ml de caramelo
- 200ml de nata para montar
- 1 lima
- 50gr de azúcar glass
- Cubrimos nuestros moldes individuales con una capa de caramelo que haremos derritiendo 100gr de azúcar con 1 cucharada de agua al fuego hasta que tueste, con mucho cuidado de no quemarnos.
- Si tenemos la iCompanionXL colocar en el robot el accesorio batidor, introducir el agua y el azúcar y accionar el programa postres, 5 minutos, Velocidad 4 a 105ºC. En caso contrario preparar un almíbar hasta que alcance punto lágrima, o cuando el termómetro marque 105ºC. Dejar enfriar ligeramente.
- En un bol aparte batir las yemas y agregar el almíbar obtenido una vez se haya enfriado ligeramente. Mezclar bien con unas varillas.
- Verter la mezcla en los moldes.
- Introducir en el bol del robot 1 litro de agua, colocar la cesta de vapor y poner los moldes encima de la cesta, cerrar la tapa y usar el modo Steam 1 durante 45 minutos. El agua debe tocar la base de los moldes. Si no tenemos la iCompanion XL podéis hacerlo en una olla normal, utilizando una vaporera o colador controlando muy bien el hervor del agua para que sea siempre muy suave.
- Enfriar bien en la nevera antes de desmoldar.
- Para montar la nata debemos cerciorarnos de que ésta esta muy fría. Colocar el accesorio batidor en el robot y añadir la nata, el azúcar glas y la ralladura de lima. Programar a velocidad 6 en modo manual durante 3.5 minutos. Si no tenemos robot lo tendremos que hacer con unas varillas.
- Desmoldar el tocinillo con la ayuda de un cuchillo o espatulina y servir con la nata montada a un lado.