Risotto de tomate asado y seco, una versión mirando al sur de Europa

Seguramente, la mayoría de vosotros sabe que el tomate, en general, es uno de mis alimentos predilectos. Lo desayuno cada mañana con un poquito de sal, lo utilizo de guarnición la mayoría de las veces y, a mí parecer, al igual que no hay tortilla de patata sin cebolla, no hay comida fuera de casa sin zumo de tomate (y si me apuras, ni dentro de casa). Sí, lo reconozco, soy una auténtica fanática de esta fruta-verdura qué tantas opciones nos presenta: sólos, en gazpacho o salmorejo, como refresco, salsas, secos o a mordiscos; las alternativas tomateras son casi infinitas. 

“En un buen risotto la materia prima es fundamental. Tomates cherry asados del sur de Europa, un buen caldo y el punto del arroz perfecto serán tus aliados”

No es la primera vez que os digo que somos lo que comemos y que acentúo la importancia de comer alimentos sostenibles, naturales y de calidad. Esto es importante porque, pese a que la temporada del tomate ya nos queda un pelín atrás (agosto – octubre), Cute Solar ha desarrollado un método de producción sostenible y eficiente para cubrir las necesidades alimentarias de los europeos durante todo el año. Aprovechan la energía del sol y protegen los cultivos frente a fenómenos meteorológicos adversos para obtener frutas y verduras de la máxima calidad. Por medio de invernaderos solares, opción de cultivo más respetuosa con el medio ambiente, desarrollan una agricultura sostenible que produce más de 3 toneladas de fruta y verdura al año, gracias a la optimización del suelo de cultivo y del agua disponible en las zonas semidesérticas del sur de Europa que se han convertido en un auténtico vergel. 

Así, gracias a ello, podemos disponer, entre otras muchas cosas, de tomates que saben a tomate durante los 12 meses que tiene un año y preparar cosas tan deliciosas como la receta de hoy: risotto de tomates cherry asados. Aquí, lo fundamental, además del risotto por supuesto, son los tomates que, además de asarlos y acompañarlos, los hemos integrado secos en el sofrito y frescos en el caldo. También, los hemos asado en papillote para que se hagan en sus propios jugos y todo se conserve dentro de una bolsita que desprende aromas de dioses. Aunque, perfectamente, se pueden asar al horno con un poco de aceite, ajo y las hierbas aromáticas que más os guste. E incluso se pueden cocer 30 segundos y, si se tiene la paciencia necesaria, pelarlos y asarlos a menos de 100 grados para que evapore el agua y se queden como unas gominolas. De nuevo, las opciones son infinitas. Para la preparación de hoy, un consejo: no parar de remover y conseguiréis un risotto de tomate asado verdaderamente delicioso.