Por Clara P. Villalón (@clarapvillalon) & Juan Cano Fortún (@juancfortun) Siempre digo que somos lo que comemos y esto siempre es importante, pero en esta época del año todavía más. Básicamente porque comer alimentos de calidad nos aportan esos nutrientes y energía que necesitamos para afrontar este fresquito navideño y combatir así los resfriados tan típicos de esta temporada. Junto a ello, otra máxima en el tema gastronómico es
Juan – mi mano derecha, izquierda y todas – recuerda cuando era pequeño e iba a comer siempre a la casa de su abuela. “Era una casa en la que la cocina se desprendía por los poros y siempre había algún puchero en el fuego. Una casa donde, desde las 8 de la mañana, fuere verano o invierno, olía a comida, a bollos y a pan. Una casa de pueblo en
Probablemente muchos no tengáis ni idea de qué son las sopas mallorquinas y os sorprenderá terriblemente ver en el plato algo que no es una sopa; no os preocupéis porque no estáis solos y os puedo asegurar que a mí me pasó igual hasta que las probé hace dos años en Mallorca. Y manda narices porque mi a abuelo ha vivido desde que recuerdo en la isla, hemos solido
Es curioso pero reconozco a las migas casi más para desayunar que para cualquier otro momento del día. Esto es así porque era el almuerzo de la gente del campo de mi familia pacense muchos días, unas migas elaboradas únicamente con ajo y aceite de oliva virgen extra que llegaban a la mesa en perolos enormes y que muchos mojaban directamente en café con leche. Si lo pensamos, las