Desayuno sano y con estilo
No solo las cenas, eventos, visitas a los mejores restaurantes, locales, mercados, tiendas o nuestra maña como cocineros y anfitriones determinan nuestro buen gusto y savoir faire en nuestras dotes y relaciones sociales. También dice mucho de nosotros como desayunamos en la oficina o tomamos un café cuando vamos corriendo de camino a nuestra próxima cita.
Hace años ya que Starbucks nos enseñó como tomar un café podía convertirse en un símbolo de estatus social. Ahora es algo más generalizado, pero no hace mucho que en Hollywood y NY las estrellas de cine y celebrities varias, no podían caminar por la calle sin llevar un café humeante o un frío Frappuccino, esto, reflejado en revistas y publicaciones varias ha llevado a convertirlo en una tendencia mundial, en un símbolo sociológico de que estamos a la moda.
Gracias a Dios la costumbre de comer en la calle, en el metro, en un banco del parque o en cualquier situación que no implica una mesa, un plato caliente y un momento de degustación, no es tan generalizada como en USA o en otras partes del mundo. Aunque cada vez se ve más en nuestra vida diaria, como el frenesí nos lleva a realizar nuestras comidas en situaciones de lo más variadas, perdiendo el símbolo original de recogimiento para disfrutar del placer de la buena mesa.
Debo reconocer que nunca he sido una adicta al café y que me apetece por épocas (siempre solo y “ristretto”), si tengo que tomar un tentempié líquido de camino a alguna parte prefiero té frío o zumos naturales, la gran cadena mundial de cafeterías ofrece estas opciones, aunque últimamente me he aficionado a los licuados de Smudy, imaginativos y con curiosos nombres (me encanta el “Resaca Maca”).
A parte de lo que podamos consumir de cara al público y que mucho dice a quien nos observa, también tenemos que considerar otras situaciones en las que demostrar gusto y estatus es imprescindible, como por ejemplo en el trabajo, en ese tentempié de media mañana que te llevas a la mesa de trabajo para no perder tiempo, en ese coffee break de breve charla con los compañeros, se puede demostrar el estilo que tenemos, sin necesidad de recurrir a encargos en buenas panaderías o bares.
Una buena opción siempre es una infusión, un zumito, un par de galletas y algo de fruta, y no, no es algo que ocupe mucho tiempo, aunque suene a un desayuno completo. Por ejemplo, vemos en las imágenes una infusión frutal, que pega a la perfección con las galletas de yogur y frutos rojos que recomendamos y las sabrosas frambuesas frescas, además del zumito ACE, ya que la vitamina C siempre es buena.
Otra opción más clásica, menos elaborada y con más prisas, un té English Breakfast bien cargado y un par de galletas de trigo y manzana, mira si son rápidas que se llaman GO! Y vienen en paquetitos individuales.
Son opciones muy factibles, que dejan claro que no hay que descuidar ningún detalle en nuestra vida y además son sanas y estás riquísimas. Y… Para los días que podáis desayunar con más tiempo y calma aconsejo preparar un crujiete pan francés como el de Una Cocina Diferente.
Yo soy una adicta al té, con un poco de leche eso sí, y me parece la mejor manera de empezar el día. Por cierto, las galletas de yogurt de las que hablas me han parecido una gran idea.
Yo prefiero el zumo para desayunar y el té a media mañana o por la tarde. Las galletas tienen una pinta estupenda!!