Peggy Sue: no lo veo claro…

Ultimamente redacto más críticas negativas que positivas sobre restaurantes o servicios varios relacionados con la hostelería, opino que la calidad de un local o servicio depende de una suma de factores y que a cuanto más de moda se ponga un restaurante o un producto en sí, la posibilidad de que sea decepcionantes es mucho más probable.

PINK LEMONADE

Estos últimos tiempos hemos vivido el boom de los cupcakes y de los macarons, y en lo que se refiere a productos salados, las hamburgueserías de diseño aparecen como setas en el bosque.

No sobra decir que la mayoría de estas hamburgueserías de moda son de calidades y elaboraciones mediocres o pésimas, por mucho que sus cartas sean creativas o altisonantes.

JUKE BOX

Antes de que abriera en Barcelona, había escuchado delicias de la versión madrileña de Peggy Sue, local que nos transporta a la época Grease (con juke box en cada mesa incluído), especializado en hamburguesas y sandwiches, además de batidos y otras especialidades made in USA.

No si por que me lo habían pintado bien, o si por que me encantan los restaurantes experienciales y el retorno a épocas que evocan la películas que han marcado nuestra niñez, pero el restaurante me decepcionó de una manera total y absoluta en lo que se refiere a los alimentos y más en especial al servicio.

SANDWICH CLUB

Yo decidí probar un pésimo Sandwich Club y las hamburguesas de mis acompañantes tampoco estuvieron a la altura de los esperado, ni siquiera las patatas fritas ni la ensalada de col se podían considerar buenas.

Para beber intenté tomar una Cherry Coke, ya que al verla en la carta me entusiasmó la idea… pero no tenían así que cambié a una Pink Lemonade, que a pesar de ser empalagosa, en las fotos ha quedado muy mona.

En fin, como me han dicho que los batidos y los pancakes sí que son dignos de mención, puede que les de otra oportunidad, de momento no lo puedo aconsejar.