La terracita del Hotel de Pachá
Como ya os informé hace tiempo, en cada visita a la isla de Ibiza es tradicionar comer o cenar (o ambos, como en este caso) en el restaurante del Hotel de Pachá, en este caso, fue nuestra primera parada tras aterrizar, ya que tras el estrés del viaje, comer en una terracita en ensueño se antoja muy necesario.
Al medio día, el Hotel ofrece un menú gastronómico completo y accesible para todos los bolsillos, garantizando calidad y buen servicio.
En este caso pudimos escoger entre platos mediterráneos como Ensalada de queso fresco y pepino con vinagreta de olivas negras, Carpaccio de Bresaola con rúcula y parmesano, focaccia de espinacas y queso de cabra o Vichisoisse de puerro y champiñones como primer plato.
Los segundos contaban con opciones como Fusilli integrales con verduras, Merluza a la plancha con trigueros y aceite de alga nori, secreto ibérico con patató asado y puré de orejones o brocheta de cordero con plátano y puré de patata trufado.
Como postre pudimos escoger entre una Panna cotta de café, un Mil hojas de crema y frutos rojos, un clásico Flaó con helado de café o un refrescante y sencillo sorbete de limón.
Dado que la Bresaola es uno de mis embutidos (no ibéricos) favoritos, opté ir a lo seguro con el carpaccio, mi acompañante tomó la vichisoisse y la probé, me pareció sosa. Muy correcto el segundo plato y el postre en los que coincidimos con nuestra elección.
Como no puede ser de otra manera, sigo recomendando este restaurante ya sea para comer como para cenar.