Fred Segal Mauro’s Café
Nuestra primera comida oficial en LA ha sido en uno de los restaurantes más recomendados de la ciudad, donde estrellas y mundanos suelen mezclarse para comer de manera sencilla pero con estilo.
Mauro’s Café está situado dentro de la tienda Fred Segal, una especie de 10 Corso Como-Luisa Via Roma-Colette en versión americana, donde además de ropa y complementos se pueden comprar libros y objetos de decoración, todo de diseño, por supuesto.
Fue una grata sorpresa encontarnos a una simpática camarera madrileña, residente en LA desde hace años y con ganas de cuidar a sus compatriotas (cosa que fue de agradecer, ya que al no conocer las distancias de la ciudad perdimos la reserva y tuvimos que esperar más de una hora para conseguir mesa), debo reconocer que fue un encanto de chica y nos aconsejó incluso más allá de los temas culinarios.
La carta, de inspiración mediterranea, y más en concreto italiana (como indica el nombre del local) incluye entrantes como vegetales a la brasa con quinoa, almejas al vino blanco, gambas de Caledonia a la brasa, carpaccio de bresaola con rucula… ensaladas como la de almendras y pollo, la de espinacas al limón, la clásica caprese o la de endivias, radicchio, gambas y aguacate, que fue mi elección.
La selección de sandwiches también es interesante, desde el de prosciutto de Parma con mozzarella, el de bistec de ternera, el de pollo y berenjena marinada, el de setas Portobello con espinacas y pesto o el Caprese.
Al ser un italiano la seleccón de pastas no deja indiferente, desde un clásico spaghetto al pomodoro o Aglio e olio e peperoncino, penne all’arrabbiata, linguine alla puttanesca, rigatoni primavera o bolognese, spaghetti con pollo y jalapeños para un guiño a la cercana cultura mexicana, penne con porcini, spaghetti ai frutti di mare o con gambas y broccoli. Muy lamativa la pasta de Fred’s con pollo, guisantes y salsa color de rosa. Tambien se puede optar por el risotto del día o opciones totalmente vegetales para vegetarianos y veganos.
Para los más tradicionales se pueden pedir segundos de carne como una paillarda de pollo, pollo al vinagre balsámico o un bistec de toda la vida, además del pescado del día a la plancha.
Este restaurante es una visita obligada para una comida informal al más puro estilo Hollywoodiense, con una buena relación calidad-precio y la garantía de coincidir con gente guapa que visita la zona comercial. Recomiendo comer en la terraza si es posible.