Merbeyé, merveilleux
Suena “Cadillac Solitario” Loquillo y los Trogloditas
…Y ahora estoy aquí sentado
en un viejo Cadillac de segunda mano
junto al Merbeyé, a mis pies mi ciudad
y hace un momento que me ha dejado,
aquí en la ladera del Tibidabo,
la última rubia que vino a probar
el asiento de atrás.
Cuando un local se inmortaliza en una canción legendaria significa irrevocablemente que permanecerá vivo en la memoria a lo largo de la historia, Merbeyé lleva 35 años vivo en el corazón del Tibidabo, justo al final de Tramvia Blau (Tranvía azúl) observa Barcelona desde lo alto y ha sido testigo de todos los cambios que ha vivido la Ciudad condal a lo largo de las últimas décadas (que no son pocos).
Debo reconocer con un poco de vergüenza que no conocía este local, a pesar de haber visitado algunos cercanos en diferentes ocasiones, y confieso que me ha dejado enamorada por lo auténtico que es, Merbeyé abrió sus puertas el 26 de enero de 1979, y conserva su look clásico y parisino que lo caracteriza, con sus rincones oscuros muy íntimos para charlar o para enamorarse con la ciudad a tus pies.
Quizás el “martini” me ha hecho recordar
nena, ¨por qué no volviste a llamar?
Creí que podía olvidarte sin más
y aún a ratos, ya ves.
Cabe destacar su cava tallada en la ladera de la montaña, que mantiene algunos de los caldos más exclusivos del local a modo de caja fuerte; cada detalle del restaurante tiene un fascinante motivo de estar donde está, desde las lámparas originales a las fotografías de conejos pillados en plena copulación de camino al lavabo, recortes, fotografías, muestras de que el tiempo pasa y puede mejorar lo que se mantiene impasible en el tiempo sin olvidar la fecha en la que vive realmente.
La imágen corporativa del local también tiene una historia artística, ya que fue creada de manera gradual. Su autor es el diseñador gráfico e ilustrador (conocido por haber producido portadas de míticos artistas como Led Zeppelin y Pink Floyd) George Hardie, que tras unas copas de más consiguió reflejar la esencia de Merbeyé con un proceso creativo que enamora.
Y al irse la rubia me he sentido extraño,
me he quedado solo, fumando un cigarro,
quizás he pensado, nostalgia de ti
y desde esta curva donde estoy parado
me he sorprendido mirando a tu barrio,
y me han atrapado luces de ciudad.
Una amplia carta de cócteles algunos únicos e irrepetibles creados por la jefa en persona como Cleopatra, Passion Merbeyé, Made in Japan (el que he decidido probar, exquisito tanto para observar como para degustar, a base de sake, triple seco, coco y crema de leche, imita la bandera nipona), Pink Lady o Tramvia Blau entre otros.
O los provenientes de la más clásica escuela coctelera como el Bloody Mary, el Gimlet, el Negroni, el Manhattan, el Mojito o la Caipirinha entre una amplia variedad.
No hay que olvidar, que también se puede comer con estas vistas privilegiadas, desde un vermutito hasta tapas, ensaladas o hamburguesas.
El amanecer me sorprenderá
dormido, borracho en el Cadillac,
junto a las palmeras luce solitario
y dice la gente que ahora eres formal
y yo aquí borracho en el Cadillac
bajo las palmeras luce solitario.
Y no estás tú, nena.
La música, tranquila y clásica: jazz, francesa, soul y lo mas in del momento.
Tiene varios espacios y terrazas que se pueden adaptar para eventos privados de todo tipo.