Tocinillo de cielo
Hacía mucho tiempo que no cocinaba esta receta y, la verdad es que casi ya no me acordaba de lo rica que sale.
El otro día vinieron a cenar a casa unos amigos y, aunque tenía claro que la cena había que terminarla con algo dulce, no me apetecía tirarme a la calle para comprar una tarta y estaba un poco vaga como para hacer yo algo complicado.
Se me ocurrió preparar un tocinillo de cielo con la receta de mi madre. Es un tocinillo un poco más ligero (¿Síii?) que el tradicional y muy fácil de hacer.
Además, esta receta me trae muy buenos recuerdos. Me acuerdo lo contentos que nos poníamos en casa cuando nos hacían este postre y los enormes trozos que nos servían y… ¡repetíamos!. También me acuerdo de mi madre, que era muy golosa, rebañando los restos de caramelo de la fuente vacía cuando recogíamos la cocina…
Yo hago el tocinillo en una antediluviana tartera que me regaló mi madre cuando me casé. Ella la había utilizado mientras la familia no era muy grande, pero en ese recipiente lo más que cabía era un tocinillo de 6 huevos y con eso no teníamos ni para empezar cuando la familia creció en número de personas y en edad de los comensales. Mi madre decidió pasarme el testigo para que yo empezara mi vida de casada haciendo tocinillos a diestro y siniestro, como mandaba la tradición. Es la típica fiambrera de aluminio con tapa, que viene muy bien para hacer cosas al baño maría. No sé qué vida llevaría anteriormente a que yo la recibiera, pero parece que estuvo en la guerra (¿de Cuba? ¿de Marruecos?) por la cantidad de abolladuras que tiene. Pese a todo yo la sigo usando porque hace su papel y a las cosas viejas que han cumplido con su cometido hay que cuidarlas.
No es que haya hecho yo muchos tocinillos en mi vida, porque la familia que yo he formado no es tan golosa como la que formaron mis padres en su día, pero alguno sí ha caído y salen buenísimos.
La receta es muy sencilla: Por cada taza de agua, la misma cantidad de azucar y 3 huevos, uno de ellos sin clara. Fácil ¿eh?
Tiene muy buena pinta ¿verdad?. Pues estaba muy bueno. Lo acompañé con media manzana en compota por ración. Le daba un toque ácido que causaba la falsa impresión de aligerar un poco el plato. ¡Trucos!
Os enseño la famosa tartera.
Me encanta el tocino de cielo, es mi perdición Pilar! Y ahora que estoy más o menos a régimen… Nooo! No me pongas la receta tan fácil, jajaja! La guardaré para hacerla en alguna ocasión especial! Gracias!!! =)
Cristina, muchas gracias por tu comentario. Es una receta que tiene mucho peligro porque, a nada que seas golosa, acabas zampándotelo entero tú.
Déjala para cuando bajes los turrones, dentro de un par de semanas.