Tejas de almendra y naranja
Ya sé que no es época para pensar en encender el horno para nada, pero el otro día probé una receta de tejas del último libro de Samantha Vallejo-Nájera y me quedaron riquísimas. Por eso, antes de que se me olvide y pasen mil años hasta que las vuelva a hacer, dejo colgada en De Fogones y Hombres la receta, para que cuando empiecen a bajar las temperaturas -que sí, que todo llega-, sea de las primeras cosas que os animéis a hacer en el horno. Son unas pastas muy delicadas y originales con su leve aroma a naranja y las almendras tostadas.
La receta es sencilla y admite dos modalidades: una es la de hacer tejas pequeñas, como las de la foto, para lo cual, deberemos meter las tejas, todavía calientes, en un vaso, para que cojan la forma curvada. La otra es, hacer tejas XXL, poniendo algo más de masa a hornear y sacando la forma poniéndola caliente encima de una botella grande de cristal.
Me he permitido modificar ligeramente la receta original (que, según cuenta Samantha, procede del afamado chef de Lyon, Guy Lassausaie) para que nos salga una cantidad de tejas un poco más razonable para una casa normal. He aumentado también un pelín la cantidad de harina, para que quedara un poco más manejable la masa para los no iniciados.
Las dos modalidades salen espectaculares y es el acompañamiento ideal para el “cortado” de después de comer. El problema es que no hay quién se coma sólo una.
- 125 gr. de azúcar
- 40 gr. de harina
- 60 gr. de almendra laminada
- 50 gr. de mantequilla derretida
- 50 gr de zumo de naranja
- la ralladura de una naranja
- una gota de aceite de girasol para engrasar la botella
- En un bol poner todos los ingredientes menos la harina. Con la ayuda de unas varillas, mezclar bien.
- Agregar la harina y volver a mezclar.
- Poner en una placa de horno un papel de hornear o una placa de silicona. Sobre la superficie elegida, poner cucharadas pequeñas de la masa, separando bien unas de otras porque se expande mucho.
- Meter a hornear a unos 180º
- Cuando se vean doradas las tejas, sacar del horno y, con la ayuda de una espátula plana, separar de la placa y poner las tejas todavía calientes en una superficie curva. Un vaso no muy grande es ideal.
- Para hacer una teja enorme, proceder del mismo modo pero poner la teja todavía caliente encima de una botella grande de cristal ligeramente engrasada.
- Dejar enfriar al aire. Cuando estén bien frías y secas, pueden guardarse en una lata.