Coquillos
Después de unos días desaparecida, ya que he aprovechado estos días de Semana Santa para disfrutar con mi familia y encima ha hecho bueno, así que no se puede pedir más.
Para retomar la rútina, he pensado hacerlo con un postre típico del pueblo de mi padre, que es de la zona de Salamanca, aunque igual son típicos de otra zona también. Seguro que os estáis preguntando que receta os voy a traer hoy, pues la receta de los coquillos.
Hace ya algún tiempo, mi padre me dijo que le apetecía comer coquillos, pero yo no caiga cuales eran, y buscaba por internet, y encontré unos coquillos, pero que no eran esos, así que un día que hablé con mi tía, se la pedí, pero me dijo que no la tenía, pero que me la iba a conseguir.
Cuando me consiguio la receta, no era como yo estaba acostumbrada, ya que me facilitaba ingredientes y claro fui poniendo las cantidades un poco a ojo, y la verdad es que el resultado fue muy bueno, de hecho mi padre, me dijo que era lo que el quería, así que prueba superada, jejej.
Los coquillos es una masa típica de los pueblos, que se suelen hacer fritas. Están muy ricos, así que os animo a hacerlos.
- 100g de aceite de oliva virgen extra
- 100g de agua
- 1 cucharadita de semillas de anís
- La piel de una naranja, sin parte blanca
- 1 hoja de laurel
- 20g de aguardiente
- 300g de harina aproximadamente, la que admita
- Aceite para freír
- Ponemos en el vaso el aceite, el agua, las semillas de anís, la piel de naranja, el larurel y el aguardiente, calentamos 10 minutos, temperatura Varoma, velocidad 1.
- Colocamos el preparado, y volvemos a verter en el vaso, no hace falta lavarlo.
- Pesamos la harina en un bol.
- Programamos velocidad 2, y vamos añadiendo poco a poco por el bocal la harina, hasta conseguir una masa que no sea pegajosa.
- Cuando esté lista la masa, amasamos 2 minutos, vaso cerrado, velocidad espiga.
- Sacamos la masa a una mesa enharina y con la ayuda de un rodillo, la extendemos hasta conseguir un grosor de 1-2cm. Cortamos cículos con un vaso.
- Hacemos un rulo con la masa.
- Freímos en abundante aceite caliente sin que se nos lleguen a quemar.
- Sacamos y escurrimos en papel absorvente. Rebozamos en azúcar