Es obvio que cuando tenemos invitados en casa, lo que más nos gusta es que disfruten de las cosas que preparamos para ellos.
Cuando llega una celebración importante, como Navidad, nos ponemos el listón todavía más alto, y no solo en la comida, sino a la hora del café, los postres y… las copas.
No hay nada mejor que sorprender a los que más queremos, más allá del típico combinado que nos podrían poner en cualquier bar. Por eso hoy quiero traeros un cóctel muy, pero que muy especial, ya que mezcla uno de los placeres más grandes del mundo, el café, con el coñac. En realidad, se trata de lo que muchos conocéis como el típico “carajillo” pero preparado con “glamour” y con el cariño que merecen una celebración. Os hablo del Café Brulot.
Su nombre, Brulot, deriva de “bruler”, que significa quemar y hace referencia a diversos tipos de aguardientes o coñacs, aunque en este caso lo prepararemos con este último.
La historia de este cóctel es algo confusa, ya que no se tienen datos reales del momento en el que esta bebida se unió al café. Durante el siglo XVIII y casi en el XIX, las recetas de café se limitaban al café molido, agua y azúcar. No fue hasta un siglo después cuando alguien se dio cuenta de que el café tenía muchas más posibilidades de las que se habían explotado en ese momento… ¿Queréis probarlas? ¡Vamos a ello!
Etiquetas: café, café brulot, canela, clavos, cócteles, coñac, naranjas, Navidad
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