El color del cielo al atardecer, la luna llena triste… Varias son las traducciones que tiene este cóctel a nuestro idioma y ninguna me acaba de gustar. En todas ellas hay implÃcita una melancolÃa cargada de dolor que no me parece justa. Es cierto que despierta recuerdos, aromas del pasado… pero no siempre han de ser contemplados desde la tristeza.
Un buen Blue Moon os puede salvar de una tarde torcida. Como me ha pasado a mà hoy, que se me rompió la Thermomix mientras preparaba unos riquÃsimos calabacines con salsa de tomate. Ahora estoy a la espera de que la arreglen asà que he decidido pasar el rato con este cóctel que os describo detenidamente.
Azul pálido y suave como una noche de verano, de suave paladar y fuerte aroma, esta receta es ideal para compartir con amistades muy cercanas. Es como si su sabor te incitara a viajar por los recuerdos a través de sus suaves aromas. Además, se dice que es el sucesor de uno de los más mÃticos cócteles de la historia, el Aviation, del cual hablaré en otro post.
Su color caracterÃstico viene dado por el Curaçao Azul, aunque en la receta original se dice que se usaba Crème Yvette. Este licor desapareció a finales de los años 60′ pero lo recuperó en 2009 Charles Jacquin. Desde entonces, podéis encontrarlo en el mercado pero, si queréis, podéis sustituirlo por un licor de violetas como el Rothman & Winter Crème de Violette con Martini seco.
El licor sobre el que construimos nuestro cóctel es la ginebra, y es realmente fácil y sencillo. Os recomiendo no liaros en buscar la crema de violetas y que uséis el Curaçao Azul. Eso ya depende de cuanto tiempo estéis dispuestos a gastar buscando la preciada crema.
Sin más, os dejo con la receta para que esta noche o tal vez la de mañana, deis rienda suelta a vuestros recuerdos.
Etiquetas: blue moon, Creme Yvette, curaçao, ginebra, Ginebra London Dry, limón, Rothman & Winter Creme
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