Torrijas de bollo suizo y sirope de arce
¡Hola foodies!
Ya casi llega el puente así que me apetecía ir contando hoy como hago las torrijas, que el Jueves los comercios están cerrados y hay que tener los ingredientes preparados! En Cantabria son más típicas en Navidad (o totalmente típicas) pero sé que muchos lugares se toman en Semana Santa, así que aprovecho la ocasión, ya que en Navidad anduve más liada compartiendo el Christmas Cake o las Yemas de Santa Teresa entre otras cosas.
Os cuento…
Ingredientes
- 8 bollos suizos
- 4 huevos ecológicos de gallinas que viven súper felices (Yo SIEMPRE La Busta)
- 1 litro de leche de almendra
- Una vaina de vainilla
- La piel de 1/2 limón
- Canela (al gusto)
- Azúcar (al gusto)
- 1/2 bote de sirope de arce
- 1 vaso de agua
- Aceite de oliva suave para freir las torrijas
Elaboración
Empezamos infusionando la leche con la peladura de limón y la vaina de vainilla cortada transversalmente. Primero llevamos a ebullición y luego dejamos 15 minutillos a fuego bajito para que vaya cogiendo el sabor. Yo usé leche de almendra, porque aparte de que es apta para intolerantes, da un sabor requetebueno. Una vez infusionada esta leche, dejamos enfriar. Y este paso es súper importante porque de saltarnoslo corremos el riesgo de que el bollo (o pan, da igual con que lo hagáis) se desmenuce entero.
Mientras tanto, vamos cortando los bollos en rodajas hermosas.
Cuando la leche esté fria, calentamos una sartén con un dedo de aceite, pero no a tope, que las torrijas requemadas no molan. Cuando el aceite esté casi caliente, rápidamente mojamos las rodajas en la leche, de ahí las pasamos al los huevos batidos (con varillas) y acto seguido a la sartén. Dos minutos por un lado, dos minutos por el otro y retiramos a una fuente con papel absorbente.
Según vayan saliendo las torrijas, las espolvoreamos con azúcar y canela. ñam ñam! Esto huele súper bueno pero le falta “el toque”.
En un cacito, reducimos la mezcla del sirope de arce con un poquito de agua, para crear un almíbar con un toque original. Normalmente, en la receta de las torrijas, la clásica, se utiliza vino, se utiliza miel, pero a mí desde bien chiquitina, no me gusta nada de nada (lo siento) así que por eso me hice esta versión ni mejor ni peor, sino que a mi gusto, con la leche de almendras, la vainilla, la canela y el bollo suizo, que pegan mogollón con el sirope de arce.
Cuando tengamos listo el almíbar, lo echamos por encima de las torrijas, para que empapen bien. Mi recomendación es comerlas al día siguiente, cuando ya estén reposadas y hayan chupado bien el almíbar. Par ami gusto, a la mañana siguiente están 10 veces más buenas.
La receta sería tal que así, pero si le queréis dar un toque especial, justo en el momento de comerlas, añadís un poquito de azúcar y pegáis un sopletazo para que se cree una capa crujiente. Lo podéis acompañar de helado de vainilla y ya con eso tenéis un desayuno de rechupete.
¡Espero que os haya gustado!