Ñoquis de patata con salsa de tomate casero
¡Buenas tardes!
¿Cómo ha ido el día? Aquí parecía que había llegado la primavera, me noto hasta cansada por acusar su llegaba, pero hoy ha amanecido el señor invierno en estado triste y lluvioso. Aunque luego, como siempre, el día ha ido a mejor, mucho mejor, porque me da igual que el clima de Cantabria sea especial (¡ya llegará el verano, ya me iré a Tailandia este verano, jiji!). Hace unos meses que soy la persona más feliz del mundo aquí, en mi tierruca de clima torcido. Por razones concretas, como todo en esta vida, pero que más da, el caso es que “Life is Rosy” (I can feel a change no I’m not the same), y que así siga por mucho tiempo…
A veces me parece que hablo demasiado de los estados de ánimo, pero de siempre, una de mis máximas es que la alimentación y los estados de ánimo son ajo y aceite... así que no puedo evitar asociarlo de forma contínua. Mi consejo: No os preocupéis por vuestro estado de ánimo, porque a veces no tiene razón de ser, ni razón de estar… preocupaos de llevar una dieta, una vida equilibrada, que todo fluye.
Hoy os traigo la receta de los ñoquis de patata, que me apetece que veáis como se hacen en un pis pas y quedáis como señores. Llevaba ya tiempo para subirla, pero me pudo el ansia de otras cosas, jaja.
Otro día los voy a subir de calabaza, boniato o lo que me de por ahí, porque veáis que se pueden hacer con muchas más cosas.
La receta es tal que así….
Ingredientes
Para los ñoquis
- 1/2 kg de patatas
- 100 g. de harina de trigo
- 1 yema de huevo
- Sal
Para la salsa de tomate:
- 1/2 bote grande de tomate entero (mucho para que quede bien sabroso)
- 1 cucharadita de tomate concentrado
- 1 cucharadita de azúcar
- 1/2 cebolla
- 1 diente de ajo
- Albahaca
- Sal
- 2 cucharadas de aceite de OVE
- Queso parmesano
Elaboración
Chupadísima.
Que no, venga, que empiezo. Y ya sabéis, a mi manera, que seguro que hay tropecientas más, pero quien se quiera fiar de mi, que se fie
Ponemos las patatas a cocer, no sé, 20 minutos, más o menos (es lo que más pesado se me hace, de siempre); hasta que las pinchemos y estén blanditas. Las dejamos enfriar un poco y las pelamos. Con un tenedor empezamos a chafarlas como si de un puré se tratase. ¡Nunca con batidora! porque entonces se va a quedar una pasta mucho menos espesa/pegajosa. Lo dejamos enfriar 10 minutillos.
Cogemos el bol en el que hemos hecho el puré y hacemos un volcán. En el centro añadimos la sal y el huevo batido.
Vamos removiendo con los dedos poco a poco y echando la harina. Que se vaya integrando bien todo. Amasamos y amasamos; y si hace falta más harina debido a la humedad de la patata, añadimos más.
Seguimos amasando hasta que obtengamos una masa bien flexible y homogénea. Que no se nos pegue a los dedos. Hacemos una pelota y dejamos reposar 10 minutos.
Pasado este tiempo, vamos cogiendo pedazos de masa, haciendo una bola con cada uno de ellos y rodando con las manos, convirtiendolo en cilindros de 2 cm de diámetro. Como cuando jugábamos con plastilina.
Una vez tengamos estos cilindros, cortamos trozos de 2 o 3 cm y, sirviéndonos de un tenedor, presionamos con los dientes de este sobre ellos y rodamos para que queden una ralladuras que a la hora de cocinarlos con la salsa, permiten que esta se adhiera mejor a ellos.
En realidad ya están terminados. Ahora podemos congelarlos o cocinarlos. Vamos a cocinarlos: En una cazuela con 2 litros de agua hirviendo y 20 gr de sal vamos echando tandas pequeñas de ñoquis, para que no se peguen. Sabremos que están cocinados cuando floten en la superficie. ¡Facilísimo!
Para acompañarlos, yo en esta ocasión hice la salsa más sencilla del mundo: Tomate casero.
Os cuento como.
Partímos la cebolla en pequeña juliana y la pochamos a fuego alto junto con un diente de ajo picadito en un par de cucharadas de aceite. Añadimos un poquito de sal para ayudar a que se poche mejor. Cuando la cebolla esté tierna, añadimos el tomate, una cucharadita de tomate concentrado si la tuviésemos, una cucharadita de azúcar, la albahaca (si la tenemos fresca, mucho mejor) y salpimentamos.
Removemos todo y cuando rompa a hervir, tapamos. Dejamos cocer un ratillo a fuego lento, que se reduzca poquito a poco, destapamos, removemos, comprobamos la sazón y dejamos cocer destapado hasta que tengamos la textura deseada.
Sobre el tomate ya cocinado, vamos vertiendo los ñoquis y removemos para que se vaya integrando todo.
Emplatamos, espolvoreamos un poco de parmesano rallado sobre el plato y ¡listo!
Ya sé que no es una receta nivel Top Chef y debería porque es Miércoles, jaja, pero no doy el nivel y ¡os aseguro que estos ñoquis están de rechupete! jejeje