Las alitas son unas de las partes preferidas del pollo para muchos. Existen muchas maneras de hacerlas, siendo la más común asarlas en el horno. Esta vez os presento una forma diferente, muy sencilla de hacer y salen muy ricas de sabor.
El problema de las alitas es que hay que hacerlas con la piel, y no se les puede quitar como a los contras muslos o muslos. Aunque a la hora de comer, es más fácil retirarlas, pero es un pecado porque es lo que las hace más ricas. Por eso, ahora las hacemos de tarde en tarde.
Esta entrada se publicó el Domingo, 24 febrero, 2013 a las 15:31 por Isabel y está archivada en Carnes.
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