Pollo con pisto de calabacín y champiñones
¡Coge pan y moja! Porque este es uno de esos platos que invitan a comerse la barra de pan de principio a fin sin inmutarte. La salsa de tomate en sí, ya da lugar a ello, pero un buen pisto, es lo más. Ninguna persona amante de las salsas o guarniciones caseras debería perderse este plato tan tradicional de nuestra gastronomía.
El pisto de toda la vida, tal y como lo han hecho generaciones y generaciones de mujeres españolas, no es más que una mezcla de verduras de temporada, originariamente ajo, pimiento y cebolla, cocinadas a fuego lento y aderezadas con salsa de tomate. Poco a poco se han ido incorporando más ingredientes, como calabacín o berenjena, hasta hacer docenas de versiones de lo que conocemos como “pisto”, aunque el más popular es el manchego.
Mi versión de hoy lleva como ingredientes especiales unos champiñones y mi salsa de tomate particular. Para rematar receta y comerlo como plato único he añadido unos dados de pollo, pero bien podría ser magro de cerdo, unos dado de atún, unos huevos escalfados o cualquier carne o pescado que se os ocurra.
Por supuesto, para un día como hoy los comensales se merecen un buen pan, hecho a mano y en horno de leña.
¡Qué aproveche!
- 2 calabacines medianos
- 1 cebolleta
- 1 pimiento verde
- 1 pimiento rojo
- 2 diente de ajo
- 200 g champiñones limpios
- 1 vaso de salsa de tomate casera
- 500 g pollo en dados
- Sal
- Pimienta
- Aceite de oliva
- Doramos el ajo en una cucharada de aceite.
- Añadimos la cebolla y un poco de sal y doramos a fuego medio. Rehogamos hasta que empieza a ablandarse.
- Echamos el calabacín en dados, los pimientos y los champiñones.
- Salteamos hasta que todo esté bien mezclado y pochado.
- En otra sartén, doramos el pollo con una cucharada de aceite de oliva, sal y pimienta.
- Cuando estén dorados, lo echamos a la verdura junto con la salsa de tomate.
- Dejamos hervir todo junto 5 minutos a fuego medio. Rectificamos de sal y añadimos espacias al gusto.