Hoy disfrutamos en Madrid de un reconfortante dÃa de fiesta, que tan bien sientan a mitad de semana!! Asà que para comer me he decantado por unas albóndigas, ¡qué me encantan! Ésta es la receta de mi madre, ideal para un dÃa en el que no hay que hacer esfuerzo fÃsico en exceso, pues no aportan mucha energÃa que digamos pero están tan ricas que merece la pena hacerlas en un dÃa de descanso.
Yo hago normalmente otra versión de las albóndigas con carne de pollo y una salsa diferente a ésta (os la enseñaré en breve), para que no resulten tan pesadas cuando se hace ejercicio, pero esta opción es fantástica para un dÃa de fiesta!
Albóndigas en salsa de vino blanco (4 personas)
¿Qué necesitas?
– Alrededor de 23-24 albóndigas (más o menos a seis por cabeza, siempre depende del tamaño que tengan)
– Dos ajos en láminas
– Media cebolla picada
– 2-3 cucharadas de tomate triturado.
– 1 cucharada de harina.
– Un vaso de agua
– Medio vaso de vino blanco
– Aceite de oliva virgen extra
– Sal (como siempre, al gusto)
¿Cómo prepararlas?
Lo primero es freÃr un poquito las albóndigas en una sartén para que se selle la carne y no se deshagan con la salsa, quedan mucho más buenas asÃ, un poquito doraditas antes de cocinarlas del todo. Las apartamos y reservamos.
En una guisera o sartén algo más honda de lo normal ponemos un chorrito de aceite de oliva y añadimos los ajos en láminas y la cebolla picada. Rehogamos hasta que quede bien doradito. Después se le añade el tomate triturado (si no tenéis tomate triturado, también lo podéis hacer con tomate frito normal), cocinar durante un minuto.
Incorporar la cucharada de harina y cocinarla bien para que no sepa a cruda, removiendo continuamente para evitar que se queme pues estropea el sabor de la salsa. Una vez que ha tomado un color marrón se le vierte el vaso de agua (removemos un poco) y a continuación el medio vaso de vino blanco (también lo dejamos reposar un poquito para que se quede todo bien mezclado).
Enseguida introducimos en la sartén las albóndigas para que se terminen de hacer dentro de la salsa y adquieran el sabor de todos los ingredientes. Procurad que queden cubiertas en la sartén, aunque haya que añadir un poquito más de agua (no de vino, pues queda demasiado fuerte…)
Sólo queda dejar reducir la salsa hasta que adquiera la consistencia deseada, normalmente es hasta que no huela al alcohol del vino y tenga un aspecto denso.
¡A disfrutar porque están buenÃsimas!
Etiquetas: Albóndigas, salsa, vino blanco
[…] frutales cuando son jóvenes, siendo aptos para crianzas prolongadas en madera .En boca suelen ser sabrosos y potentes, con unos taninos muy marcados, por ello se hace imprescindible en muchas ocasiones un tiempo de […]
[…] albóndigas me gustan de todas las maneras: con caldo, en salsa, con pasta, etc. En cada casa tenemos una o varias  maneras de hacerlas, pero como en mi casa no […]