La sopa de ajo es un tipo de sopa típicamente castellana que contiene fundamentalmente agua o caldo, pan (que suele ser pan duro que ha sobrado de días anteriores),pimenton, laurel, ajo y aceite de oliva Se trata de una sopa de origen humilde, estando como todo plato popular sometido a múltiples variantes, según la economía de la familia y los gustos del cocinero, por lo que es común que se le añadan otros ingredientes, como huevo, chorizo, tocino de cerdo frito, jamon, etcétera. En algunas comarcas del centro como Castilla y Leon o Madrid y del norte de España es actualmente un plato asociado a la cocina de semana santa.
El consumo de las sopas de ajo es inexcusable en la madrugada del Viernes Santo donde se convierten en el desayuno de miles de penitentes y hermanos de “paso” de la cofradía de Jesús Nazareno así como de todos los zamoranos que sobre las 7 de la mañana se congregan en las Tres Cruces y que las degustan en plena calle en puchero de barro.
Cortamos el pan en trozos pequeños y reservamos. Ponemos al fuego una cazuela con agua y sal para que hierva. En una cazuela de barro, con aceite, freímos 5 o 6 ajos enteros. cuando estén dorados los separamos al mortero y retiramos la cazuela del fuego para que pierda el calor y echar el pimentón. y el agua hirviendo. Volvemos a poner la cazuela al fuego. Majamos los ajos fritos con un para mar, añadimos un poco de pimentón y de aceite y se lo echamos al la cazuela con agua que estará hirviendo. Añadimos las migas y si queremos escalfamos los huevos.
Esta entrada se publicó el Jueves, 10 enero, 2013 a las 18:49 por Esperanza Saavedra y está archivada en Entrantes.
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