Sigo haciendo platos de pasta diferente, no son nada del otro mundo porque como veis en esta idea, que es una idea más que una receta, no es más que gambas, pasta y un toque de ajo.
Si acompañáis este plato con unas verduras a la plancha por ejemplo tenemos una comida bastante equilibrada.
Es importante controlar la cantidad de aceite. De verdad, con una cucharada de un buen aceite de oliva virgen extra, es suficiente.
Tengo que reconocer que a veces tengo unas manías rarísimas. Resulta que a mi me gusta el ajo, pero me sienta mal. Entonces lo que hago cuando cocino con él es partirlo por la mitad y le quito el germen de dentro. Pero, y aquí viene mi manía, cuando lo voy a cocinar como hoy, como cuando hago unas gulas al ajillo, pues me gusta que queden las laminas enteras, de la otra manera quedan por la mitad, y estéticamente no me gustan, si, manía tonta, lo sé.
Pero aun sabiendo que me va a sentar mal, lo que hago es laminarlo sin cortarlos por la mitad, y sin quitarles lo de dentro.
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