Mira que soy fan de ellos. Y es que los pimientos del piquillo son mi debilidad. Me encanta el sabor que tienen. Los podemos usar solos, en una ensalada y le da un toque fabuloso, aparte de aportarle ese color rojo que tienen, el sabor es impresionante, siempre que se traten de unos pimientos de calidad, claro, cosa que yo siempre recomiendo.
Me gustan porque se pueden rellenar de muchísimas cosas, tanto en frio como en caliente, pero como más me gustan es en caliente y normalmente con una salsita, casera, de tomate, tan sencilla, pero que a su vez intensifica aún más ese sabor que tienen estos deliciosos pimientos.
En esta ocasión no van con salsa, sino que los he rebozado con crujiente de pan y luego fritos. El toque ha sido fantástico y en casa los hemos devorado.
Picamos la cebolla y la ponemos a pochar en una sartén con un poquito de aceite. Añadimos las gambas picadas y dejamos que se hagan un par de minutos. Añadimos un poquito de harina y la tostamos. Echamos la leche hasta que tengamos una crema ligera.Salpimentamos. Incorporamos el salmón cortado, mezclamos bien y rellenamos los pimientos de piquillo.
Los rebozamos en huevo batido y por el crujiente y los freímos
Esta entrada se publicó el Jueves, 31 enero, 2013 a las 7:06 por Esperanza Saavedra y está archivada en Aperitivos.
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