¡Qué injusta es a veces la vida! Unos crían la fama y otros cardan la lana. ¿Por qué el pollo no existe en estas fiestas?
Tanto verlo dar vueltas en los asadores ha convencido a algunos de que pollo y guiso son términos incompatibles. ¡Pero cómo es posible! Hoy quiero demostrar que esto no es así y por eso traigo este sabroso papillote de pollo trufado, un plato ingenioso, elaborado y con una presencia que ya quisieran para si el pavo o el cochinillo.
La preparación os llevará un buen rato, pero el resultado merecerá la pena. Os lo aseguro. Si queréis sorprender a vuestros familiares y amigos en la noche de Reyes no lo dudéis más y apostad por este exquisito plato. Además, colaboraréis con una buena causa: ¡el final de la dictadura del cordero asado!
pues no parece tan dificil me acabas de dar una muy buena idea…