Entre los dulces típicos navideños, y que más preparaba mi abuela, están las conocidas peladillas de almendra. Recuerdo, además, que las dividía en pequeñas bolsas con lacitos de colores, las colocaba en una preciosa cesta junto con algún regalito y nos las regalaba a todos los nietos en el día de Navidad.
Era uno de los días más especiales de todo el año. Me gustaba tanto que cuando cumplí los 15 años, pedí a mi abuela que me enseñara a hacerlas y así es como sigo yo ahora con la tradición, solo que en este caso soy yo la encargada de regalar la bolsita con las peladillas.
No dudéis en hacer este rico dulce propio de la Comunidad Valenciana. Es mucho más sencillo de lo que pensáis y muy rápido de hacer. Además, es más natural y sano que las chucherías que normalmente se compran a los niños. Y también os vendrá muy bien aprender a hacerlas porque las peladillas son un regalo muy recurrido para bodas, bautizos y comuniones. Tan solo tendríais que darles un toque de color ¡y listo!
uy no hay navidad sin peladillas lo que no sabía que era tan facil de hacer!