Espárragos blancos en tu mesa

 

Photo by Waldemar Brandt on Unsplash

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Abril es un mes en el que destaca un producto fantástico como son los espárragos blancos naturales y que ya podemos comprar en nuestros mercados. Crece bajo tierra, por lo que, al no recibir la luz solar, no desarrolla la clorofila, pigmento responsable del color verde de los vegetales. Por eso, es blanco, y a medida que se deja crecer y le da la luz del sol se convierte en el esparrago verde que también conocemos. Por eso, sí, los espárragos blancos son los mismos que los espárragos verdes antes de darles la luz del sol.

Producto que ya consumían griegos y romanos y que se popularizó con el paso del tiempo adquiriendo protagonismo por sus cualidades medicinales, ya que es muy diurético, y también se decía que afrodisiaco. En la actualidad, este vegetal se cultiva en regiones templadas de todo el mundo. Y Italia, Francia y Alemania son los mayores países productores. Rico en vitaminas y bajo en calorías.

Las claves para cocinarlo son:

Pelarlos con un pelador desde la zona de la punta, hacia abajo, sin tocar la punta, que es la parte más tierna y delicada.

Cortar parte del tallo con cuchillo por la zona donde rompa de forma natural al doblarlo con las manos.

Y a la hora de cocerlos pues es sencillo, hay que introducirlos en agua hirviendo con sal y una pizca de azúcar durante unos 25 minutos aprox. Es importante no pasarnos de cocción ya que los espárragos quedan aguados y con mal aspecto.

A un producto tan rico y con tanto valor como éste, poco hay que hacerle para disfrutarlo. Comentaros que tibios estas buenísimos, aunque fríos también. Siempre pueden estar presentes en ensaladas, sándwiches, dentro de pescados en salsas. También gratinados, e incluso formando pareja con algunos mariscos y ahumados. Hoy os dejo varias propuestas para comerlos de la forma más natural.

Una y la más clásica, con una buena mahonesa casera. Ponemos nuestra yema de huevo, un vaso de aceite de oliva intenso y unas gotas de limón en el vaso de batidora, emulsionamos sin mover la batidora, y cuando este bien montado hacemos movimientos hacia arriba y listo, así de sencillo.

Otra opción con una salsa holandesa. Montando dos yemas de huevo a las que agregaremos poco a poco mantequilla clarificada hasta conseguir una salsa con cuerpo.

También podemos disfrutarlos con un sofrito de cebolleta pochada, jamón en daditos y almendras, que echaremos por encima de nuestros espárragos.

Y una última opción es acompañarlos con un picadillo de tomate semiseco que podemos encontrar en conserva. Ese tomate bien picado lo mezclamos con un poco de aceite de oliva, cebollino o cebolleta fresca, y huevo cocido, y cubrimos nuestros espárragos ligeramente templados.

¡Y a disfrutar!

Quique Rodríguez | #losuculentodequique

También en Twitter e Instagram | @quiquerodrig

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