Situada en el centro geográfico de los Arribes del Duero, esta villa parece una prolongación humana del paisaje. Sus calles siguen las curvas de nivel de la colina de granito en la que se encuentra emplazada. Asà nos encontramos con vÃas de gran pendiente como La Nogal o El Torojón. En el extremo más alto del pueblo, se encuentran las ruinas del Castillo de Doña Urraca. Este lugar fue destruido durante la rebelión comunera y en él solo quedan en pie restos de la torre del homenaje y algunas dependencias. Deambulando por el pueblo, se pueden encontrar diferentes balcones desde los que observar el paisaje de los Arribes. Uno de ellos es el mirador del Corral, situado en pleno casco histórico y al que se accede desde la calle Corral Concejo.  Desde estos puntos de gran altitud se puede obtener una vista panorámica de la región. Dominan en el lugar el rÃo Duero, que hace de frontera natural con Portugal. De hecho, la orilla contraria ya es territorio luso.
El granito es omnipresente, se observa en paredes y suelo de la villa e incluso en algunas viviendas en las que convive con otros materiales. En este granito están excavadas también las bodegas tradicionales. Existen más de 1000, comunicadas entre sÃ, formando una auténtico laberinto subterráneo. Pertenecen a los habitantes del pueblo, los cuales están muy dispuestos a enseñarlas si se les pide, aunque la mayorÃa de ellas se encuentran en estado de abandono. Se pueden observar facilmente en la calle Requejo.
Recorriendo una de las numerosas rutas de senderismo que rodean al pueblo, se pueden observar los cultivos tradicionales de la zona. Dominan en este lugar los frutales, olivos y vid, todos sembrados sobre las terrazas, una forma habitual de la agricultura en zonas de mucha pendiente.
Como se comentó en el artÃculo anterior, este es el lugar en el cuál se puede encontrar una mayor cantidad de hectáreas cultivadas de la variedad Juan GarcÃa. Al parecer, dicha planta procede de la Borgoña francesa fue traÃda por Edmundo de Borgoña en 1101. Puede ser que ese sea el motivo por la gran similitud de los vinos de esta zona con dicho lugar.
Uno de los festejos más populares es La Virgen de la Bandera, celebrada el 8 de septiembre y en la que se convida al pueblo a un guiso de ternera de vaca sagayesa y vino de elaboración casera.
Imágenes de elaboración propia
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